martes, 6 de mayo de 2008

Crítica Diario La Nación (15/10/2007)

Nuestra opinión: buena

De buenas a primeras, a un viejo galpón venido a menos en el cual están el encargado y dos empleados, llegan cuatro policías con una violenta orden de allanamiento. Junto a ellos, caen dos testigos. De repente, el lugar sale de su tiempo muerto y pasa a estar habitado por un sospechoso (el dueño del local, que no puede creer lo que le está pasando), por supuestos guardianes de la ley (en países como el nuestro, los policías son personajes siempre de doble filo), por dos testigos que también esconden lo suyo y por los dos empleados que miran la acción como si fuera una película. Y cuando la cosa está más que empastada, enredada y cruzada, alternativamente llegarán una amante y una futura (¿ex?) esposa. Todo muy confuso, y esa confusión parece ser la esencia de Testigos, el nuevo trabajo de Joaquín Bonet en su papel de dramaturgo, director y coproductor.

Con la acción ya en marcha (acción que incluye un rebobinado con dos finales opuestos) irá quedando en claro que el punto de encuentro de cada una de las historias son los (des)encuentros amorosos de los once personajes. Y, como sucedía en las películas argentinas de los años setenta, cada uno de estos once seres se topará con su final, feliz producto de esa teoría del caos que se desató en un viejo galpón detenido en el tiempo.


En lo formal, el texto, ganador del premio nacional de dramaturgia que entrega el Instituto Nacional del Teatro, es muy interesante y llamativo para el tipo de montajes que se suelen presenciar en la escena alternativa. Trabajado en distintos planos que se superponen, se alternan y se pisan, el texto impone un ritmo muy atractivo. Llevado a escena, el espectáculo de Joaquín Bonet tiene varias escenas sumamente logradas de un disparatado humor, una violencia latente, situaciones diversas y cambios bruscos que otorgan un interesante ritmo a esta comedia sobre lo simultáneo. Claro que, en otras escenas, algunos actores se quedan esperando el pie para sus textos lo que quita el fluir necesario que requiere este tipo de comedias basadas en un fino mecanismo de entradas y salidas.


Elenco solvente

En líneas generales, los once intérpretes (Germán de Silva, Gabriel Fernández, Paula Ituriza, Damián Canduci, Héctor Bordoni, Martín Arias, Ezequiel Rodríguez, Ignacio Arroyo, Yanina Rabbino, Andrés Ciavaglia e Ignacio Lucero) acompañan la acción con mucha solvencia. Para la construcción de sus personajes apelan a trazos gruesos que son funcionales al juego de contraste de tonos.


La misma utilización del espacio escénico, la escenografía y el vestuario de Pepe Uría y la iluminación de Sergio Cucchiara suman varios puntos a favor. Es más: desde el punto de vista de producción (a cargo del mismo Bonet junto a Martín Arias y Cecilia Bustelo), Testigos es una especie de rareza. Es que un espectáculo de la escena alternativa logre reunir a un numeroso y prestigioso elenco, y que se lance a hacer una larga temporada (pues estarán hasta fin de año), es toda una señal de madurez digna de destacar.


Alejandro Cruz

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